Celebró la Eucaristía, nuestro párroco y congregante don Ángel Luis Miralles, quien en su homilía insistió en que no dejemos de pedir a Dios por nuestra verdadera y completa conversión, aprovechando este tiempo de adviento. Como siempre fue un acto sencillo, pero entrañable y fraterno, siendo acogidos por las hermandades alcobendenses de Nuestra Señora de la Paz y de san Isidro.
Pedimos a la Virgen de la Paz y a nuestros santos que sigan intercediendo ante el Señor, para que continúe ayudándonos en todas nuestras tareas y proyectos. Igualmente agradecimos a nuestros hermanos de Alcobendas, con su presidente don Juan Antonio López a la cabeza, su acogida como perfectos anfitriones y en recuerdo les obsequiamos un cuadro con los Gozos de san Isidro. Finalizamos con una comida de hermandad.
